Caminos naturales
Wolf Children (2012, Mamoru Hosoda)

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Original

           Tres años después de que nos maravillara con “Summer Wars”, Mamoru Hosoda nos vuelve a conquistar con su nuevo trabajo titulado “Wolf Children”. El film, que no sólo no pierde el tono humanista visto en sus dos anteriores proyectos, sino que introduce ese amor por la naturaleza tan propio de las películas de su compatriota Hayao Miyazaki (“La princesa Mononoke”, 1997). De este modo, Hosoda se consagra como uno de los grandes directores de la animación japonesa contemporánea, habiendo recibido el más alto reconocimiento de crítica y público con sus tres últimas películas.

 

          El film narra parte de la vida de Hana, estudiante universitaria que se enamora perdidamente de un hombre lobo. Tras un romance de cuento, deciden contraer matrimonio y, pasado un tiempo, la mujer da a luz a dos niños que son mitad humano y mitad lobo. Yuki es la hermana mayor, mientras que Ame es el pequeño de la familia. Tras la muerte del padre, y pasando muchos apuros, Hana decide ir a seguir la vida en el campo. El tiempo va pasando y van aflorando sentimientos en cada uno de los hijos que les llevará a tomar su propio camino vital.

          El desarrollo de la película es, simplemente, sensacional. Nos va envolviendo poco a poco con la historia rural en que la naturaleza, en el doble sentido, tanto como escenario, como la singularidad del carácter propio, dirigen una película que se agarra al corazón del espectador desde el primer minuto.


          La película habla de ser fiel y luchar por la individualidad de uno mismo, pero también de aceptar a los demás; de cómo los niños lidian de manera muy diferente con su propia naturaleza: ambos caminos, humano o lobo, son válidos, con tal de llegar a la felicidad.  

          Los dibujos realizados, previamente a mano, y trabajados posteriormente con las técnicas más actuales de animación realizadas en los “Estudios Chizu” (uno de los mas importantes y con la tecnología mas alta de las actualidad en Japón), llevan impresos una inspiración y una sublime poesía en cada trazo, gesto y emoción de los personajes. La dirección es esplendida, mostrando la profundidad de unos personajes muy bien definidos, obteniendo así, gracias a pequeños detalles que ensalzan la película, una de las obras maestras de los últimos años en la animación del país nipón.


          “Wolf Children” es un film que cautivará tanto a niños como a mayores, una joya de la animación para los amantes de este tipo de dramas costumbrista y, posiblemente, la mejor película de animación del 2012. Aunque no ha llegado a los cines de España, estuvo presente en la pasada edición del Sitges Film Festival (donde fue galardonada con el Premio a Mejor película de Animación) y ya podemos disfrutar de ella en formatos para televisión, siendo, sin duda, una pieza que no puede faltar en nuestra filmoteca.



Por Santiago Maroto