Un invento revolucionario
Hysteria (2011, Tanya Wexler)

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Original

          En la Inglaterra victoriana un joven médico desea aplicar sus conocimientos para el bien común. Esto le resulta ardua tarea ya que sus modernas ideas acerca de la higiene no son admitidas dentro de la comunidad sanitaria, de hecho, el reciente descubrimiento de algo denominado gérmenes les parece una total locura. El pobre chico sólo consigue trabajo en la consulta del Dr. Robert Dalrymple, el cual tiene la árdua tarea de paliar los síntomas de una plaga que está extendiéndose en la sociedad fémina de Londres, la hysteria.

          Precisamente, el método encontrado para "curar" a estas mujeres histéricas es el gran gancho del film y teniendo en cuenta que se trata de algo sexual, es inevitable que enmascare, más de lo pretendido, el trasfondo del film. Hysteria se aprovecha de la comicidad inherente que surge al comparar las convicciones de la época con los conocimientos actuales. Ahora ya nadie se plantea el uso de sanguijuelas o la reutilización de vendajes en un hospital y a nadie se le pasa por la cabeza ingresar en un psiquiátrico a una mujer por el simple hecho de manifestarse o pretender ser independiente. Sin embargo, en esta película, la cura para estas mujeres "agitadas", que sobrevino de un estudio serio y riguroso ante la problemática que tenian frente a ellos, se ridiculiza para crear una comedia y asi poder plantear el hecho de que la única manera de avanzar es rompiendo esquemas mentales y adaptarte constantemente.

          Como no podía ser de otra manera, Hysteria está dirijida no sólo por una mujer, sino por alguien con formación psicológica. Tanya Wexler se ha encargado de llevar a cabo esta agradable comedia tras diez años de inactividad desde su anterior film: Ball in the house (2001); y lo ha hecho de manera notable. Salvo por algun problemilla puntual de montaje, el film se puede situar entre las comedias inglesas más entretenidas del año gracias a la excelente actuación y complicidad obtenidas, una ambientación muy lograda y un guión inteligente. Cabe destacar la interpretación de la audaz Maggie Gyllenhaal (Secretary, 2002), quien, perfectamente caracterizada, consigue representar la fuerza y la pasión de esas personalidades cuyas convicciones hacen cambiar al mundo. 

 



Por Silvia Garcia Palacios