Elijo el mundo
Kiseki (Milagro) (2011, Hirokazu Koreeda)

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Original

          Llega a nuestros cines la última producción japonesa escrita, dirigida y producida por Hirokazu Koreeda (Nadie Sabe, 2004), galardonada con el premio al mejor guión en el festival de cine de San Sebastián. Nos cuenta una historia en particular referente a la vida de una familia, que debido a la separación de los padres, los dos hermanos se ven obligados a separarse viviendo cada uno en ciudades distintas.

          Cuando se crucen los dos “shinkansen” (trenes bala) que van a abrir la nueva línea Kyushu, habrá un milagro. Este rumor es el principio de esta historia en la que los hermanos iniciarán una aventura para poder llegar a tiempo a ese cruce que les permita pedir el deseo que ellos comparten, volver a reunir a la familia.

 

          Oshiro y Koki Maeda, hermanos y dúo cómico en la vida real, debutan en el cine con este largometraje. Koichi, el mayor, vive en Kagoshima con su madre, interpretada por Nene Ohtsuka, actriz que también se estrena con este film en la gran pantalla; a su vez, Ryunosuke vive con su padre, al que da vida Joe Odaguiri (Dream, 2008), en Fukuoka. El resto del reparto que interviene en las aventuras de los niños ya ha trabajado anteriormente con el realizador; Hiroshi Abe, Yui Natsukawa, Kirin Kiki y Yoshio Harada, protagonizaron uno de los éxitos en taquilla del pasado 2008: la inolvidable “Still Walking”.

 

         Uno de los aspectos a destacar es lo que consigue Koreeda con un guión sencillo que, unido a la improvisación de los niños, hace que la dinámica actoral fluya hilvanando secuencias, con un toque de humor infantil; precisamente, al director le atrajo la inocencia de estos jóvenes actores y cambió parte del guión para adaptarlo a su personalidad, de hecho, dan la sensación de estar viviendo la película y no de estar interpretándola. La capacidad del director de plasmar la peculiar vida cotidiana de una familia es innegable, este ambiente entrañable, lo consigue, en parte, gracias a la fotografía de Yutaka Yamazaki (Shara, 2003), como demuestran en sus anteriores colaboraciones.

 

          Cargado de pensamientos positivos y de ilusión proveniente de la infancia, el film nos recuerda que nosotros también hemos creído en los sueños y que, al final, nos hemos quedado con el mundo. La pregunta es si la gente esta preparada para aceptarlo.



Por Santiago Maroto