Elemental, querido Ritchie
Sherlock Holmes: Juego de Sombras (2011, Guy Ritchie)

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Original

          Tras el rotundo éxito de la nueva versión cinematográfica del detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, Guy Ritchie nos trae una segunda entrega llena de acción, intriga y sorpresas.
          Siguiendo con la línea de su antecesora, Sherlock Holmes: Juego de Sombras, se desvincula de la fidelidad en las novelas que le dan nombre para redefinir al estirado Holmes y convertirlo en un héroe de acción con, se ha de admitir, mucho encanto. En esta nueva entrega, nuestro protagonista, junto con un reticente pero indispensable Watson, se verá por fin las caras con su archienemigo Moriarty para evitar una catástrofe mundial.


          Sin necesidad de entrar en detalles de guión, cabe decir que, a pesar de un arranque algo tosco, el desarrollo del mismo hace crecer el interés del film y concluye de una manera más que notable. El escollo reside, sobretodo, en la apertura de una línea argumental que, pese a su pretendida trascendencia, es descartada drásticamente y, teniendo en cuenta que se atreve a homenajear a una de las mejores películas de intriga de todos los tiempos: “Con la muerte en los talones” (Alfred Hitchcock, 1959), creando unas expectativas muy obvias al respecto, no hay lógica en dicha conclusión. Sin embargo, es cierto que la película va cogiendo ritmo y sin olvidarnos de las grandes aptitudes de dirección de Ritchie para las escenas “moviditas”, las refriegas en bares, trenes, fábricas de armas, bosques y cumbres internacionales sacian satisfactoriamente.
          A grandes rasgos se siguen las mismas líneas que en la primera parte. Holmes interpretado por un relanzado Robert Downey Jr. (recordemos que cuando cuelga la lupa y la pipa se mete-literalmente- en la piel de Iron Man, al que muy pronto veremos en la esperadísima Los Vengadores) y Jude Law (el cual parece haberle cogido gusto al ropaje de principios del siglo pasado teniendo en cuenta su próximo estreno de la versión de Ana Karenina dirigida por Joe Wright), que, a su vez, repite en el papel del Dr. Watson, vuelven a ser la pareja inseparable de detectives; aunque es necesario puntualizar que por pareja se refieren a pareja de compañeros, sin connotaciones más

íntimas, ya que el film está repleto de chistes al respecto. La introducción más interesante en el elenco se encuentra en la actriz que protagonizó la versión sueca de la saga Millenium: Noomi Rapace, la cual da vida a una gitana anarquista en busca de su hermano desaparecido. No hay novedades por lo que respecta a dirección, montaje o fotografía, sin embargo, es inevitable comentar otra referencia cinematográfica introducida en la película, a mi humilde parecer, algo fuera de lugar y es que, colocar, casi con calzador, el tema principal de “Dos mulas y una mujer” (Don Siegel, 1970, música de Ennio Morricone) en una escena en la que Sherlock monta una mula es…devastador.     
          En resumen, rompiendo con el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas, Sherlock Holmes: Juego de sombras es un gran entretenimiento que no debe pasar inadvertido ni para los acérrimos defensores de los escritos en los que está basada, pues hay que tener sentido del humor y ser flexible, sobre todas las cosas, ante el arte.



Por Silvia García Palacios