Saber perdonar es ganar
Shaolin (2011, Benny Chan )

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Original

      De la mano de Benny Chan (Who am I?, 1998) nos llega "Shaolin", una producción Hongkonesa de artes marciales en la que se nos muestran las enseñanzas de Buda. En este caso nos encontramos con un remake del film "The Shaolin Temple" (Chang Hsin-Yen, 1982), película que vio nacer a uno de los actores chinos más internacionales, Jet Li.

      El mensaje que nos quiere transmitir la historia es muy sencillo: el ser humano apesta a codicia, odio y egoísmo, y sólo al tocar fondo es cuando el hombre, a través de la religión, es capaz de reinventarse mediante una vida de dedicación y respeto al prójimo. El General Hou Jie, interpretado por Andy Lau (A World Without Thieves, 2004), siempre ha tenido éxito en todos los ámbitos de su vida, aunque su arrogancia le hiciera pisar a cuantos se atrevían a planatarle cara; a raíz de la traición de su subalterno Cao Man, caracterizado por Nicholas Tse (Dragon Tiger Gate, 2006), el general será ayudado por aquellos a los que había humillado anteriormente, en este caso, un poblado Shaolin. Curiosamente, este argumento nos recuerda a otra película del mencionado Jet Li, hablamos de "Fearless" (Ronny Yu, 2006), en la que un ambicioso luchador tras caer de su pedestal se refugia en una aldea remota, en donde mejora espiritualmente y consigue cambiar su percepción del mundo. Otros actores de reparto a destacar serían Fan BingBing (Shinjuku Incident, 2008) que encarna a Yan Xi, la esposa de Hou Jie; y Wu Jing (The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor, 2008), el hermano mayor del templo shaolin que ayuda, junto con otros hermanos, al crecimiento espiritual del general. Así mismo, como aparición estelar, el film cuenta con una gran estrella del panorama asiático, Jackie Chan (Armas Invencibles, 1985) que da vida al cocinero del Templo shaolin, un personaje cómico que hace las veces de liberador de tensión.

      En el apartado técnico cabe mencionar, que, gracias a un montaje ágil, a un guión fácilmente adaptable, una mezcla de grandes dosis de acción, coreografiadas de una manera magistral, y una de narrativa espiritualista, se consigue que no baje el ritmo del film en ningún momento, a pesar de su larga duración. En cuanto a dirección hay que decir que durante todo el film es muy correcta, teniendo en cuenta el elenco a llevar y la embergadura de la producción.

      Teniendo en cuenta la cantidad de películas que salen al año en la producción Hongkonesa, es de agradecer que lleguen a Europa películas de este calibre y que no solo pretenda entretenernos, sino hacernos pensar en las repercusiones de nuestros actos.

 



Por Santiago Maroto