La vida pública, la vida privada y la vida secreta
Joan Baez: I’m a Noise. (2023, Miri Navasky, Maeve O'Boyle, Karen O'Connor)

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Original

Permítanseme unas reflexiones sobre el documental (auto) biográfico de la cantante y activista política mexicana/norteamericana, Joan Baez: I’m a Noise. La película se abre con una hábil cita de Gabriel García Márquez: “Uno tiene tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida secreta”. Y éste, precisamente, es el esquema que sin un orden evidente (aunque claramente lejos del azar) siguen las directoras y la propia artista para desmenuzar una extensa, conflictiva, activa y creativa vida.







Desde luego, la opción fácil habría sido que tanto directoras como la propia Joan Baez, se hubiesen limitado a la vida pública ofreciendo el concierto que cerraba la gira de despedida que realizó en 2018 con 77 años a sus espaldas. Sí que el metraje está salpicado de fragmentos emocionantes de la gira pero no se limita, como decía, a la vertiente pública. Nada de eso: asistimos a la intimidad tanto de fragmentos de viaje de una ciudad a otra, o si se prefiere, de un concierto a otro, como a momentos privados en habitaciones de hotel.


Pero no nos equivoquemos. La gira es más que una simple excusa para despedirse de la vida pública y de los escenarios. “Ya soy mayor y mi voz ya no es lo que era”, dice. No obstante, lejos de ver a una vieja gloria que se resiste a jubilarse, asistimos a un relato que abunda en detalles de su vida privada e incluso secreta. Así pues, a lo largo del metraje somos testigos de cómo una niña que sufre ansiedad, inicia una vida llena de altos y bajos emocionales que la habrán de acompañar a lo largo de su vida. Poco a poco asistimos a su crecimiento vital, y su convivencia no siempre fácil con su hermana Mimi, a su descubrimiento de Bob Dylan con quien colaboró estrechamente, a su sueño libertador junto a Martin Luther King, a su activismo pacifista durante la guerra de Vietnam, a su matrimonio con el también activista David Harris, a su maternidad y muchas más cosas que no enumeraremos aquí.







En fin, ver esta película es mucho más que ver un documental al uso, más bien se trata de una estupenda revisión de la vida de una gran artista y de una luchadora política. Estupenda por varias razones: son casi dos horas de documentos sonoros y visuales (actuales e históricos), confesiones personales, recuerdos, diarios íntimos que, con deliciosas animaciones, muestran la evolución de su escritura. Instantes todos ellos que, como dice ella misma en la canción Diamonds and Rust, evocan diamantes y óxido por igual. A pesar de lo emotivo y lo bello, el visionado de esta película no resulta cómodo en absoluto y, claro, se entiende muy bien por qué esta mujer se define como un ruido: a veces armónico, a veces molesto, y casi siempre fuera de control como una versión de Diamonds and Rust interpretada por Judas Priest. 



Por Agustí Lloberas del Castillo