Algunos colores no los puede ver cualquiera
Color Out Of Space (2019, Richard Stanley)

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Original

H.P. Lovecraft. Richard Stanley. Nicolas Cage. Un trío de nombres que puede dejar en la absoluta indiferencia al espectador medio pero que, al anunciarse 'Color out of Space' dejó a miles de aficionados al cine fantástico al borde del infarto. Esos mismos aficionados que llevaban esperando el regreso de Stanley como director de un largometraje desde el dramón de 'La isla del Dr. Moreau' -documentado en el estupendo “Lost Souls”- del mismo modo que esperaban un acercamiento moderno y con más recursos a la obra del escritor de Providence. Y que desde luego, no le hacen ascos a una nueva pasada de rosca de Cage.


El resultado de la suma de estos factores es el que cualquiera en conocimiento de los antecedentes hubiera esperado. Stanley, con un presupuesto superior (y mejor lúcido) que en sus películas anteriores, traslada a la pantalla la locura de uno de los relatos más célebres del horror cósmico de Lovecraft, apostando fuerte por el impacto visual por medio de un diseño de iluminación y un uso del body horror con efectos prácticos deliciosamente retro. Y por algún motivo también hay alpacas, muchas alpacas.






Para los no familiarizados, 'Color Out of Space' adapta el relato del mismo nombre (aquí traducido como 'El color que cayó del cielo') que narra la pesadilla a la que se enfrenta la familia Gardner cuando un meteorito cae su jardín y empieza a alterar tanto su entorno como su percepción de la realidad.  Stanley se mantiene relativamente fiel al relato original, con algunos cambios, como poner el foco en la familia en vez de en el investigador, el trasfondo de los miembros de la familia -un poco forzado en el caso de Lavinia, la bruja adolescente- además de aportar los dos momentos más terroríficos de la cinta (sumando lo de las alpacas). Y a Cage le toca personificar un caso de libro de locura Lovecraftiana por medio de sus fabulosas sobreactuaciones. Quiero decir: esto no es 'The Lighthouse'. Sabías a lo que venías.




 


'Color...' se aleja del tono turbio y sucio (y, seamos francos, cutre) de las más célebres adaptaciones de obras de Lovecraft arrancando con un tono claro y limpio, entre eso que ahora llaman “elevated horror” y el standard hollywoodiense. Pero cuando el susodicho color empieza a invadir la pantalla Stanley desata toda su furia ochentera y Nicolas Cage pisa el acelerador, convirtiendo la cinta en un auténtico festín audiovisual en el que el omnipresente púrpura elegido por el uno y el desencaje facial perpetrado por el otro nos conducen a un desmadre del que uno, sea lo que sea lo que esté opinando al respecto, no puede apartar la mirada. Al contrario que el último gran Cageísmo, 'Mandy' de Panos Cosmatos, 'Color Out Of Space' no se lo juega todo al espectáculo visual desde el minuto 1; Stanley construye la película con calma, dándole su tiempo a cada personaje -aunque todos, desde la pobre esposa interpretada por Joely Richardson hasta el hippie de Tommy Chong, acaben siendo eclipsados por el desparrame de ya sabemos quién- y reserva el torbellino psicodélico para la última media hora, cuando el espectador, o está dentro del todo, o simplemente estará demasiado hastiado para objetar ni una sola cosa al respecto.







'Color Out Of Space' podría haber sido algo distinto. Quizás podría haberse convertido en la primera adaptación del padre del horror cósmico que pudiera enganchar a todo tipo de público (habrá que seguir esperando a que Guillermo del Toro consiga realizar “En las montañas de la locura” para eso) pero en su lugar Richard Stanley ha hecho una película de género al 100%,  que hará las delicias de quien sea fan del trabajo de director, escritor y protagonista pero que al espectador ajeno a estos tres factores le va a resultar una experiencia, como poco, aturdidora.

 

Le toca a cada uno saber en qué grupo entra. Algunos colores no los puede ver cualquiera.




Por Isaac Mora