Perdido en la negrura
Vivir de noche (2016, Ben Affleck)

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Original

Han pasado más de cuatro años desde la última incursión de Ben Affleck tras las cámaras. Incursión, recordemos, que acabó con “Argo” llevándose un Oscar a la mejor película. Desde aquello, Ben ha permanecido en primera línea al hacerse con el jugoso papel de Batman en el DCU (papel que le está trayendo no pocos dolores de cabeza, como todo lo relacionado con ese universo) y ha tenido tiempo de escribir, dirigir y protagonizar “Vivir de noche”, una épica noir basada en los locos años 20 que adapta una novela de Dennis Lehane, escritor de “Mystic River”, “Shutter Island” o “Adiós, Pequeña, Adiós”, que ya fue adaptada por el propio Affleck.



“Vivir de noche” cuenta la historia de Joe Coughlin, hijo de un eminente policía de Boston que tras volver de la guerra empieza a labrarse una carrera criminal. Tras unos problemas con los peces gordos locales, Joe acabará viéndose obligado a trabajar para la familia Pescatore. Destinado en Florida, Coughlin deberá tejer una nueva red de contactos y enfrentarse a nuevos competidores y viejos enemigos para levantar el negocio del contrabando en la zona.

Se resume rápido, pero parece que Lehane tenía mucho que contar. El Affleck guionista firma un libreto demasiado disperso, que, aunque no contiene ningún gran fallo, no deja de ser una sucesión de medios aciertos. Las subtramas y los personajes secundarios aparecen y desaparecen tras unos cuantos minutos de metraje, y en vez de una historia concreta y bien focalizada, por momentos parece que estemos viendo un vídeo resumen de Boardwalk Empire. Una pena, porque no dejan de presentarse situaciones interesantes -como la aparición del KKK, tan oportuna ahora mismo- que en lugar de desarrollarse y adquirir relevancia se despachan a la mínima ocasión para pasar a la siguiente.

 




Affleck director rueda con elegancia y con un ojo puesto en el mejor Scorsese -a lo que ayuda la labor de Robert Richardson, colaborador habitual del viejo Marty como director de fotografía- y muestra unas renovadas ganas de regodearse en las escenas de acción, muy superiores a las vistas en “The town” y más espectaculares de lo que suele verse en este tipo de drama criminal. La impecable puesta en escena quiere convencernos en todo momento de que estamos ante un nuevo clásico y la recreación de las dos ciudades donde se desarrolla la trama es suficientemente buena como para aguantar la comparación con muchas grandes del género. Ben también se desenvuelve perfectamente dirigiendo a un reparto que, aunque desaprovechado, sabe dejar su marca a lo largo de la cinta. Las interpretaciones de Chris Cooper (“American Beauty”, 1999), Elle Fanning (“The Neon Demon”, 2016), Zoe Saldana (“Avatar”, 2009), Siena Miller (2El francotirador”, 2014) o Brendan Gleeson (“Braveheart”, 1995) roban todo el protagonismo a la única persona que está en pantalla durante toda la película.



Y es que el papel de protagonista absoluto le queda verdaderamente grande al Affleck actor, que no es capaz de dotar a su Joe Coughlin de más matices interpretativos que un pétreo rictus de preocupación o un costoso atisbo de sonrisa. Tampoco su constitución física -cada vez más cerca del cuadrado perfecto- le ayuda a integrarse en su propia historia. Sin un traje de murciélago encima, lo que nos queda en la pantalla es un bruto torpón con cara de simpático con más probabilidades de provocar una comedia involuntaria que de moverse con la soltura que se le presupone a su personaje. Si es verdad que Leonardo DiCaprio, quien ejerce de productor, era el candidato original para interpretar a Coughlin, no es descabellado afirmar que probablemente la cinta habría ganado algunos puntos.



“Vivir de noche” es un error de cálculo. Ben Affleck, quien con el triunfo de “Argo” obtuvo al fin algo de reconocimiento para compensar tantos años de iras de sus detractores, probablemente ha sentido la necesidad de demostrar algo y ha intentado abarcar demasiado, y el resultado es una película que, sin ser en absoluto mala, se queda a medias en prácticamente todas sus intenciones. Tras el menosprecio de la Academia que hace solo unos años le besaba los pies y los innumerables problemas derivados de meterse de cabeza en el mundo de las capas y las máscaras, podría decirse que el director ha retrocedido algunas casillas. Es de esperar algo más de cautela por su parte a la hora de afrontar un nuevo proyecto (que como acabamos de saber todos, ya NO va a ser “The Batman”) que le ayude a retomar la senda que tan buenos resultados le estaba brindando. De momento, esto solo parece un pequeño traspiés. El tiempo dirá.



Por Isaac Mora