Espionaje para tontos
Operación U.N.C.L.E. (2015, Guy Ritchie)

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Original

     En un año en el que las películas de espías han proliferado, ahí tenemos el ejemplo de Matthew Vaughn con “Kingsman” y Paul Feig con “Spy”, llega Guy Ritchie (“Rocknrolla”, 2008) para poner su granito de arena a este género -a menudo infravalorado si no pertenece a la saga “007”- con “The Man from U.N.C.L.E.” (en España, Operación U.N.C.L.E.), la adaptación de la serie de los años 60 que nos transporta a época de la guerra fría.

 

     Henry Cavill (“El Hombre de Acero”, 2013), Armie Hammer (“El Llanero Solitario”, 2013) y Alicia Vikander (“El Quinto Poder”, 2013) se convierten en Solo Napoleón, Illya Kuryakin y Gaby Teller respectivamente, tres agentes-espías de los gobiernos americano, ruso y británico que tienen que unir fuerzas para salvar al mundo de una amenaza común. Como aparición estelar tenemos a Hugh Grant (Mickey Ojos Azules, 1999) en el papel del señor Waverly, jefe de la inteligencia británica.

 

     De nuevo nos llega Ritchie con una adaptación donde, siendo un producto comercial al igual que pasó con las dos entregas de “Sherlock Holmes”, nos encontramos un guión con más acción que suspense, lo que viene a ser un recurso muy típico en este género cuando se lleva con estilo “americano”. Algo que impide que podamos ver el verdadero potencial creativo con el que suele brindarnos sus películas.

 

      Con este precedente, podemos decir que estamos ante el peor trabajo del autor hasta la fecha dejando atrás personajes rocambolescos como en “Snatch Cerdos y diamantes” o giros de guión totalmente desconcertantes como en “Rocknrolla”. Queda una trama predecible y unos personajes bastante planos. Obviamente el guión es lo que más hace tambalear los cimientos del proyecto ya que, como si nos trataran de tontos, desvela la poca intriga creada sólo dos segundos después de que suceda la acción, consiguiendo que el espectador vea una sucesión de escenas de acción sin intriga ni emoción.

 

 

     Sin ánimo de hundir del todo al film, vemos que también tiene cosas buenas; prueba de ello es que ciertamente seguimos reconociendo el sello del autor en planos vertíginosos, un ritmo trepidante, perspectivas ocurrentes, la música siempre a tono con la escena, y la peculiar dicotomía en los caracteres de los protagonistas...pero de alguna manera el producto final acaba siendo una obra suavizada y edulcorada para un público acostumbrado al cine “estilo Hollywood”.

 

     En cuanto a las actuaciones, todos están a la altura de lo que se les exige cada rol. Jugando con las confrontadas personalidades de los agentes ruso y americano, unido a las tensiones entre ambos gobiernos, se construye una relación que crea múltiples momentos cómico/lúdicos que son de agradecer en un guión tan pobre en el que incluso una posible historia de amor no rescata esa calificación.

 

 

     En resumidas cuentas, otro trabajo mainstream que verá la luz por algún tiempo pero que luego pasará al olvido como muchos otros blockbusters de acción de la misma o parecida factura.



Por Santiago Maroto