Frankenstein?
I, Frankenstein (2014, Stuart Beattie)

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Original

     Cada vez está más clara la escasez de ideas en el panorama norteamericano ya que, como hicieran recientemente con “Lincoln, cazador de Vampiros” (Timur Bekmambetov, 2012), vuelven a valerse de personajes icónicos para reinventar su historia en pro de un producto completamente comercial.

 

    “Yo, Frankenstein”, que dirige y escribe Stuart Beattie (guionista de “Collateral”, 2004) utiliza el mito creado por Mary Shelley para convertir a la criatura en el héroe que tiene la clave para inclinar la balanza en una batalla milenaria entre Arcángeles y Demonios.

 


 

     Aaron Eckhart (“Paycheck”, 2003), Miranda Otto (La guerra de los mundos, 2005) y Bill Nighy (El exótico Hotel Marigold, 2011) protagonizan la historia  representando al bando neutro, bueno y villano respectivamente, en una cinta que contrapone de una manera medieval y arcaica las teorías del evolucionismo y el creacionismo, planteando que la capacidad de crear vida no solo es de Dios, sino también de la ciencia y que, por tanto, para muchos, una criatura nacida de una probeta es una aberración que debería ser destruida al carecer de alma.

     Dejando a parte el vano intento de darle algo de contenido a la película con el tema religioso y un guión cogido con pinzas que alterna detalles de la historia original de “El moderno prometeo” con la ficticia argumentada durante el metraje, el film destaca por una buena fotografía digital en tono oscuro y una estética que recuerda a la vista anteriormente en “Underworld” (Len Wiseman, 2003), que le otorga una atmósfera tétrica idónea para recrear el mundo interior de un ser atormentado por la manera en la que fue “concebido”.


     Queda claro que “Yo, Frankenstein”, siendo una obra falta de originalidad, cumple claramente con su objetivo de puro cine palomitero y, aunque será fácilmente olvidada, asegura entretenimiento, una perfecta y vacía distracción.



Por Santiago Maroto