Vuelven las mejores noches del caluroso verano catalán con el Festival Nits de Vic en su edición número 22. Durante seis trepidantes días, las amantes del cine asiático podrán disfrutar de una programación así como actividades paralelas, que las transportarán sin moverse de la butaca a un viaje único -e imprescindible- cada jornada.
Aterrizamos el jueves y empezamos nuestra ruta por la antigua china con THE FLOWER PRINCESS.
Esta ópera clásica representada de forma de animación es un claro ejemplo de la diversidad a la que el Festival nos tiene acostumbradas. Dirigida a seis manos por Kawah Cheung, Weiquan Cui y Sing-Choong Foo, el film se contextualiza en la toma de la ciudad prohibida durante la dinastía Ming y su consiguiente caída, entremedio una historia de amor entre la joven hija de la realeza que justo se promete la noche anterior al ataque. Por lo demás, una factura algo encorsetada, una fluidez escasa y una obcecación bestial por que todas las protagonistas se suiciden antes de ser capturadas con vida por sus enemigos. Cosas del honor.
Quizás por la temprana hora, quizás por lo poco pegadizo de las canciones (si se permite el etiquetaje ante diálogos cantados), el film no tuvo la recepción que se merecía. Supongo que tendremos que esperar a ver la segunda entrega para darle otra oportunidad y, con suerte, ver el desenlace de la tragedia china.
Seguimos con una absoluta apuesta con lo nuevo de Yoshihiro Nishimura, píllesenos confesados para poder hospedarnos en el: TOKYO EVIL HOTEL
Serie B hasta la médula y rozando seriamente y conscientemente el trash, esta parada en el trayecto nos obliga a plantearnos qué sentido tiene el mal. Por de pronto, parece ser que dentro de este alojamiento solo ocurren maldades a las pobres chicas que, obligadas por un chulo extorsionador, han de prostituirse para pagar deudas… La trama ya es de punto y aparte. Lo más divertido son los tres demonios que aparecen en los pasillos a los cuales les coges incluso algo de cariño, sobre todo al señor percebe (en realidad está hecho de dedos), que se marca una de las escenas cómicas más destacables de la película. Por lo demás, iteraciones ad eternis y todos los recursos posibles para ocultar un presupuesto que roza mínimos y demuestra que el arte y las ganas de hacer cine están por encima de todo.
Cambiamos el tono radicalmente con la película Malasia dirigida por Sam Quah, A PLACE CALLED SILENCE.
Con toques de cualquier thriller coreano que se precie, el film desarrolla varias rutas argumentales donde el bullying, la venganza y el silencio son las principales.
Con un montaje premeditadamente desvinculado de una linea temporal ordenada, para guardarse los giros, el film empieza con la salvaje vejación a una alumna por parte de sus compañeras de colegio y sigue con el asesinato de las abusadoras. A simple vista podría parecer fácil la resolución de los crímenes, pero no todo es lo que parece y poco a poco vamos entendiendo y conociendo un poco el universo de esta chica y los adultos que la rodean. El silencio es clave para entender esta historia, pues no hay nada más estremecedor que la frustración detrás de quien elige no hablar y la deshonra de quien te obliga a callar. Gran drama social escondido en un thriller de asesinos múltiples.
Seguimos nuestra expedición por el festival y nos trasladamos a la Bassa, la película, una historia de parentescos forzosos, SECOND LIFE de Suiqiang Huo.
En una penitenciaría de China una mujer da a luz y es forzada a separarse de su hijo. Tres décadas más tarde parece haberlo encontrado en un joven y lo acoge amorosamente en su vida y negocio. Poco se imagina que éste no es su hijo si no el asesino que le han mandado. Así se plantea esta comedia con aires de Kung-fu-sion, la maravilla icónica de Stephen Chow y que no pretende otra cosa que hacerlos pasar una buena velada.
Y una buena velada nos espera en nuestra siguiente parada del recorrido con ni más ni menos que la Noche de karaoke donde lo dimos todo todo todo, como siempre y como ha de ser.
¡Está claro que en un Nits hay de tó! XD
La siguiente jornada dedicamos la mañana a la visita co-organizada junto con Osona Turisme para acreditadas y raudas y veloces, tras deleitarnos con un recorrido por la artesanía local (no os perdáis la chocolatería del centro), llegamos de nuevo a la sala Atlántida, sede diurna del festival, para continuar con nuestro rumbo fijo hacia nuevos horizontes cinéfilos.
Y qué maravilla visitar corea y descubrir la deliciosa FAQ, de Kim Da-min.
Dong-chun es una niña fuera de lo común, su talante introvertido al tiempo que curioso la lleva a disfrutar a su manera de la multiplicidad de actividades extraescolares a las que sus padres la apuntan. Su encuentro con una botella de arroz cambiará su destino trascendentalmente. La joven consigue comunicarse con la fermentación gracias a la combinación de sus estudios de morse y farsi y entabla una relación de amistad que la llevará más allá de lo esperado.
Con un rabioso humor ácido, este debut en dirección articula sabiamente una crítica radical a la presión parental que se ejerce sobre toda una generación. El afán por tener la descendencia mejor preparada del mundo deja unos niños en un limbo surrealista en el que los éxitos son sus juguetes y la superación personal irrenunciable. La infancia como tal desaparece en pro de un futuro “prometedor”. No es de extrañar que se busquen y encuentren válvulas de escape, en forma de vino u otra, ¿no?.
Nosotras, por el momento, nos escapamos a Hong Kong con SMASHING FRANK de
Trevor Choi.
Esta cinta de acción, la primera película hongkonesa financiada vía crowdfunding es el Robin Hood oriental en el que un grupo de jóvenes delinquen como forma de reivindicación. Por supuesto, la cosa no será coser y cantar, pero es de aplaudir que no se permitan los abusos constantes de los privilegiados y la única manera es unirnos contra ellos si no, ¿la ley para todas o para ninguna?
Nos volvemos a hallar en la Bassa para volver a tierras niponas con TOTTO-CHAN, LA CHICA DE LA VENTANA dirigida por Shinnosuke Yakuwa.
Desde la tumba de las luciérnagas que no pasábamos un rato tan angustiante viendo un film y es que esta película de animación biográfica parece un coitus interruptus en su peor sentido figurado. La protagonista, la absolutamente entusiasta y vivaz Totto, se traslada a un nuevo colegio, y no podía ser más feliz en él pues se trata del estilo de enseñanza ideado por Sosaku Kobayashi, un extraordinario profesor e impulsor de una novedosa forma de enseñar basada en la libertad y la potenciación de las aptitudes. La cuestión es que la historia arranca pocos años antes de la entrada de Japón en la segunda guerra mundial y frente la belleza y alegría que exhuma el film, casi a niveles increíbles, nuestro conocimiento histórico sólo puede ver el abismo al que se acercan año tras año estas personas tan ideales.
Un futuro que no pudo ser de una sociedad que tuvo el potencial y que, de alguna manera, se dejó autodestruir ante una mirada imperialista que les costó mucho más de lo que parece.
Con esta bajona infinita no podemos dejar de pensar que será muy pasajera gracias al ya imprescindible Bingo musical de les Nits. Cojan sus boletos que la suerte está echada, y para echada, pero en el suelo, la mía 🙁, ains.
Seguimos nuestra aventura sin dejar China con la preciosa animación A STORY ABOUT FIRE dirigida por Wenyu Li.
Prehistoria, un mono criado por humanos y su fiel compañero canino se adentran juntos en lo desconocido. Esta odisea se basa en una antigua leyenda de los Qiang, una minoría étnica que vive en las regiones montañosas del suroeste de China, y es un “En busca del fuego” que en realidad esconde un coming of age precioso. En seguida te encariñas de este par de hambrientos y experimentas como propio su periplo diario, un devenir de aventuras, aprendizajes y descubrimientos que los acercaran a su objetivo así como al peligro.
Con una animación espectacular, alejada de convencionalismos y dotada de un sentido trascendental, el film es capaz de hacernos vagar por la historia de la humanidad a través de la evolución y alcanzar el fuego que nos da la vida. Todo un logro a aplaudir.
Y para aplaudir es la osadía de los perpetradores de AATISH: FEEL THE FIRE de Sanjay Gupta.
Este film es la versión de las versiones y el plagio por antonomasia por lo que a la música se refiere. Durante más de 150 minutos asistimos, en este “homenaje” a John Woo, a la imposición sin orden ni concierto de la música de Terminator, Desafío Total, El último mohicano, Blade runner y otras lindeces del panorama sinfónico cinematográfico. Un espectáculo sin parangón para vivir la historia de amor fraternal y filial definitiva en la que “el bien y el mal” (hermano mafiosote y hermano polizonte) unen sus fuerzas ante una conspiración malignérrima que ha provocado la muerte de su madre (hay cosas que es mejor no hacer a determinadas personas).
Lo mejor, la banda sonora; lo peor, la relación, algo abusiva a mi entender, entre el malote rambiano y su “amada”. Lo increíble, los videoclips que se marcan en pla Miami Vice… Brutal.
Superamos el trauma anterior y volvemos a la Sala grande donde nos espera una grata sorpresa de la mano de la hongkonesa FIGHT FOR TOMORROW dirigida por Chan Tai Lee.
Esta es una historia de padres e hijos, una historia de honor y una historia de lucha, pero no nos equivoquemos, no es una americanada, no va de ganar.
Un ex gángster y ex presidiario, que intenta estar alejado de su antigua y violenta vida, retoma la relación con su hijo adolescente de una forma poco ortodoxa, sacándolo de la cárcel. Su monótona y desmotivante vida cambia radicalmente con este encuentro. A partir de ese momento empieza a ejercer de padre, enseñando a su hijo lo que significa tener objetivos en la vida, ser una persona íntegra y ponerlo todo en el asador. El contexto escogido para todo ello, la lucha libre. El protagonista de esta película, interpretado por un Patrick TAM que nos remite directamente al estilo Choi Min-sik en “Old Boy”, es el símbolo de la tenacidad, esa que no se para ante nada, la única que merece la pena, una sin miedos.
Con este buen sabor de boca seguimos la travesía y volamos hacia la India con JAAT firmada por Gopichand Malineni.
Ranatunga es un nombre temido en la zona, desde que llegó se ha dedicado a sembrar el miedo, su maldad no tiene límites y junto a sus hermanos no tienen miramientos a la hora de cortar cabezas a quien intenta alzar la voz. No suframos más, Jaat ya está aquí para poner las cosas en su sitio y mira que era muy sencillo evitar su intervención, el pobre hombre solo quería una disculpa… Y la va a tener.
La hipérbole bollywodiense está servida, las demostraciones de fuerza, el nacionalismo y por encima de todo, la obtención de justicia definen las escenas del film, un film que utiliza un nivel de violencia que se aleja de “para todos los públicos”. Decapitaciones y vejaciones son lo más explícitas posible y la sangre se vierte a lo slasher por momentos. Un over the top con el que la bassa disfrutó enormemente.
Ante este tipo de films cuesta entender porqué hay tanta devoción por los superhéroes anglosajones, en la India gente “normal” puede darles tal somanta que tendrían amnesia de por vida. Y si, el protagonista se lía, entre con otras cosas, a ventiladorazos.
Llegamos al último día de nuestra expedición oriental y rematamos con una triada, espadas, risas y balas.
Las espadas las tenemos con BLADE OF FURY de Pengfei Qin.
Seguimos las andanzas de este cazarrecompensas con demasiado corazoncito para permitir más injusticias y con la aptitud y destreza para acabar con todo aquel que le lleva la contraria. en esta ocasión, se auto propone para salvar a un bebé muy especial de las garras de su despiadado hermano. En su camino, antiguos colegas de faenas que por supuesto, va superando uno a uno. Y es que, como todas sabemos, a todo cerdo le llega su San Martín o en este caso, su jauría.
Descansamos brevemente y retomamos nuestra gira en la recta final del Festival con la comedia 404 RUN RUN de Pitchaya Jarusboonpracha.
Este Scooby Doo a la tailandesa lleva a un grupo de emprendedores y estafadores hasta un hotel ocupado por el fantasma de Lalita, su propietaria original. El objetivo de estos jovenzuelos será expulsar a la inquilina indeseada para poder mantener su inversión, por supuesto, la cosa no será moco de Slimer y a diferencia de la serie animada del perrete asustadizo, aquí sí que se está lidiando realmente con una fuerza sobrenatural bastante mortífera.
A pesar de que repiten mucho el mismo chiste, el film pasa bien y dado que no pretende mucho más que lo que ofrece, da lo que se espera. Lo mejor, la aparición de un coche Pajero y el “amable” final para la despechada Lalita.
Con FATEH pone la guinda al pastel la edición 22 del Asian Summer Film Festival de Vic.
Dirigida por Sonu Sood, este John Wick indio -ya quisiera yo un enfrentamiento con Keanu, a ver qué pasa- es una de las películas con más bajas por pistola perpetradas por un único personaje. Hasta se marca una escena de pasillo a lo Park Chan-wook en la que el baile de muertes se equilibra bastante con el filme coreano de referencia.
La trama es sencilla, unos cibervillanos intentando colapsar el mundo y un fuertote agente que los detendrá y punto. El film nos habla, entre escenas de muerte y destrucción, de las posibilidades negativas de la tecnología y de soslayo, de la insensibilización de las redes sociales. Presenta un mundo en el que el entorno digital es utilizado para el mal y muestra a una sociedad muy expuesta a sufrir por ello. Menos mal que estamos ante una ficción, aunque sí sería interesante que existiera un Fateh de tu lado, si, de tu lado sea como fuere.
Por todo lo alto, como el Festival nos tiene acostumbradas acaban estas grandes jornadas de cine asiático que nos ofrece año tras año el gran equipo que conforman las Nits de Vic. Pensemos que esto no es el final del viaje sino una parada técnica hasta la siguiente escapada programada ya para el año que viene.
Palmarés
Gran Premio del Jurado
"Stuntman"
Premio de la Crítica
"Stuntman"
Mención Especial del Jurado
"Pyre"
Gato de la Suerte (Premio del Público)
"Pyre"
Gran Premio Honorífico
Paco Gratacós