Donde el anime predomina entre joyas

Una de las grandes sorpresas de la edición del festival de 2014 fue “It follows”, no tan sólo por tener un extraordinario guión, creando algo que nunca se había visto -harto díficil- sino también por estar notablemente dirigida, la culpa de todo fue de David Robert Michell que vuelve a guionizar y dirigir con “Under the silver lake”.



Protagonizado por Andrew Gardfield, este viaje al país de las maravillas traza a modo de gincama cuatro días en la existencia de un personaje al borde del desahucio el cual emprende una aventura llena de pistas y mensajes ocultos cuando se propone seguir la pista de una vecina desaparecida. Con esta premisa, el director ha querido bordear la sensación de irrealidad que rodea hollywood engullido por la superficialidad, la pérdida de perspectiva y las válvulas de escape en pro de mantenerse cuerdo en un mundo que ha dejado de serlo hace mucho tiempo. Con este fin las referencias fílmicas así como la cultura del primer mundo inundan las imágenes, todo el mundo encontrará su pequeño universo, personalmente el mío me llevó sobretodo al de Gilliam. El resumen, vive la vida y aprovecha al máximo. Carpe Diem.

El tema del día parece ser el sentido de la vida. La siguiente cita es con “Maquia: cuando la flor prometida florece”.  



La novel en la dirección de largometraje de animación Mari Okada firma esta preciosa cinta de fantasía. El argumento es sencillo al tiempo que elevado, un ser inmortal decide hacerse cargo de un bebé humano y a partir de entonces el concepto de madre será el centro de la joven protagonista, una foránea intentando alejarse todo lo posible de la temible soledad que acompaña su inherente longevidad.

Maquia es una de esas joyas que te dejan el corazón en un puño y de la cual pocas personas podemos escapar sin secarnos las lágrimas, mas demostrar que la vida es amor puro conlleva determinadas consecuencias. Los humanos, simples mortales, han de madurar rápidamente y tal parece que los seres elevados también. Una maravilla.



Seguimos con lo mejor de la animación nipona con Mamoru Hosoda, el director que se catapulta al éxito rotundo cada vez que se mete en nuevo proyecto, recordemos “La chica que saltaba a través del tiempo”, “Summer wars” o recientemente “El niño y la bestia”.



Ahora con “Mirai” parece que no va defraudar. Una historia cotidiana, natural, entrañable y divertida no podía fallar y es que la forma en la que jovencísimo protagonista ve la vida es envidiable y rápidamente nos tiene en el bolsillo. La imaginación se suma a las lecciones de vida las cuales son un compendio de su propia historia y la de los que vinieron antes que él, dotándole de las herramientas para seguir adelante, comprender y conseguir ser, si es posible, algo más sabio. El benévolo Hosoda parece que quiera convertirse en el abuelo de todos y por lo que a mi respecta, me tiene.


El plato fuerte del día -como si el resto no hubiera sido lo suficiente ya- llega con “Killing” de Shin’ya Tsukamoto. Después de cuatro años de espera tras su desgarradora “Fires on the plane” el director retrocede aún más en el tiempo para adentrarnos en una historia de samurais.




Ahora bien, no estamos ante una historia de samurais al uso sino ante una historia humanista donde las haya en la que el protagonista es un objeto de conciencia, un guerrero entrenado que no puede matar. Todo su mundo parece asumir que la violencia mortal es un paso obvio y necesario, que las palabras no pueden solucionarlo todo; pero quitar la existencia no es tan fácil, no debería serlo y cuando deviene algo inevitable florece la locura ante el absurdo. Este es el mensaje a gritos de “Killing” donde cada muerte es un paso más cercano a la oscuridad, a la nada. Imprescindible.

 

¡Menudo día!



Por Silvia García Palacios